La Asamblea Nacional aprueba la ayuda médica para morir bajo estrictas condiciones, generando un intenso debate en la sociedad francesa.
El 27 de mayo de 2025, la Asamblea Nacional francesa aprobó en primera lectura una ley que permite la ayuda médica para morir a adultos con enfermedades incurables y sufrimiento insoportable. El presidente Emmanuel Macron describió esta legislación como “una ley de fraternidad” que “reconcilia la autonomía del individuo y la solidaridad de la nación”.
Autonomía y la solidaridad
La ley establece que los pacientes deben ser mayores de 18 años, residentes en Francia, y padecer una enfermedad grave, incurable y avanzada que cause sufrimiento físico o psicológico constante e insoportable. La solicitud debe ser voluntaria y confirmada tras un período de reflexión, con la aprobación de un equipo médico. La sustancia letal puede ser autoadministrada o, en caso de incapacidad física, administrada por un profesional de salud autorizado. Además, se permitirá la objeción de conciencia para el personal médico, aunque obstaculizar el derecho a morir podría conllevar sanciones legales.
Una voz influyente en el debate sobre el derecho a morir
La cantante francesa Françoise Hardy, ícono del pop de los años 60, fue una de las figuras públicas que abogó por la legalización de la eutanasia en Francia. En una entrevista con Femme Actuelle en 2021, Hardy expresó su deseo de tener el derecho a morir dignamente, criticando la postura del país sobre el tema y destacando las dificultades que enfrentaba debido a su fama para obtener asistencia en el extranjero.
Hardy, quien padecía cáncer desde mediados de la década de 2000, falleció en junio de 2024. Su testimonio y activismo sensibilizaron a la opinión pública y a la clase política, convirtiéndola en un símbolo de la lucha por los derechos al final de la vida en Francia.
“La dignidad de una sociedad consiste en acompañar la vida hasta la muerte”
La Iglesia Católica francesa ha expresado su fuerte oposición a la nueva legislación. El arzobispo Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, declaró: “La dignidad de una sociedad humana consiste en acompañar la vida hasta la muerte, no en facilitar la muerte” .
Además, el padre Bruno Saintôt, experto en bioética, advirtió que la ley podría marcar “el fin de una sociedad influenciada por el cristianismo”, señalando que los términos “eutanasia” y “suicidio asistido” no se mencionan en el proyecto de ley, a pesar de ser centrales en su contenido. También destacó la necesidad urgente de mejorar el acceso a los cuidados paliativos, argumentando que la nueva ley podría debilitar significativamente este aspecto del sistema de salud.
Deja una respuesta