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José “Pepe” Mujica: El expresidente que marco la política con humanidad y filosofía.

Fotografía de José Mujica conmovido mientras ve un homenaje dedico a él. // Fuente: Grupo EFE

El expresidente uruguayo falleció a los 89 años. Desde su lucha guerrillera hasta su estilo de vida austero, Mujica dejó una huella única en la historia de América Latina y el mundo.

Este martes se apagó una de las voces más auténticas de la política latinoamericana. El expresidente uruguayo José Mujica Cordano falleció a los 89 años, a causa de un cáncer de esófago que se había extendido por su cuerpo. Meses atrás, su esposa, Lucía Topolansky, comunicó que el popular “Pepe” había optado por no continuar con los tratamientos oncológicos.

De guerrillero a presidente 

Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Mujica vivió entre la ciudad y el campo, lugar que eligió para vivir sus últimos años de vida. En la década del 60, lideró el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, junto a quienes combatió en contra de la dictadura militar. Su lucha le costó 15 años de prisión, donde fue víctima de golpes y torturas, según testimonios del Movimiento de Participación Popular (MPP). En 1985, fue liberado junto a la restauración de la democracia en el país sureño. 

La trayectoria política de Mujica dio un giro inesperado. En 2010, asumió la presidencia de su país, con el apoyo del  partido Frente Amplio y del MPP, obteniendo más del 50% de los votos. Durante su mandato (2010-2015), Mujica promovió fuertes cambios  sociales y legales; como la legalización del mercado de marihuana, la despenalización del aborto y la aprobación del matrimonio igualitario. 

Asimismo, impulsó medidas económicas como la redistribución de la riqueza a través de reformas tributarias, lo que le valió críticas por parte del sector opositor. Por otro lado, su imagen fue admirada por otros al estar comprometido con las comunidades más vulnerables. 

José Mujica luego de ser liberado tras ser rehén político por más de 15 años. // Fuente: Agencia Camaratres
José Mujica luego de ser liberado tras ser rehén político por más de 15 años. // Fuente: Agencia Camaratres

Entre la filosofía y la política 

Más allá de sus reformas, Mujica fue símbolo de algo poco común en la política: su austero estilo de vida. El exmandatario se distinguió por ser ajeno a los privilegios ; donaba casi todo su sueldo presidencial a causas sociales, vivía en una pequeña casa de campo y manejaba una antigua Volkswagen, que se convirtió en su insignia más emblemática . Su sencillez y humildad impactó a muchos: 

“¿Qué es lo que le llama la atención al mundo? Que vivo con poca cosa, una casa simple, que ando en un autito viejo… Entonces este mundo está loco porque le sorprende lo normal “, declaraba Mujica en 2014 a BBC News. 

A menudo, lo consideraban como “el presidente más pobre del mundo”, etiqueta que criticaba, afirmando que lo pobre no se percibe en lo material:

“Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada. Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida”, es una de las frases que dijo el expresidente en 2012, cuando aún era mandatario de su país natal.

Una de las grandes distinciones del uruguayo fue su oratoria, que implicaba intercalar filosofía con la política, hablando sobre las reflexiones de la vida, la muerte, el amor y el perdón. Su estilo y pensamiento lo acercó incluso con aquellos que no seguían su postura política. 

“En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me impuso la vida: que el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad”, dijo Mujica en su discurso de renuncia al Senado en plena pandemia, en 2020. En dicho discurso, habló sobre lo dañino que es el “odio”, y procedió a abrazar a Julio María Sanguinetti, expresidente de Uruguay, quien por años fue considerado su rival político. 

En sus últimos años de vida, sus mensajes iban dirigidos especialmente hacia los jóvenes motivándolos a que sean parte de lucha social, y que busquen priorizar los sentimientos y la humanidad en un mundo que cada vez se vuelve más materialista. 

“Soy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha. Y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que lo superan con ventaja”, es una de las frases que dejó Mujica en el cierre de campaña de su partido en 2024.

 José Mujica junto al entonces candidato Yamandú Orsi en el cierre de campaña del partido Frente Amplio en 2024. // Fuente: Grupo EFE
José Mujica junto al entonces candidato Yamandú Orsi en el cierre de campaña del partido Frente Amplio en 2024. // Fuente: Grupo EFE

El adiós a un gran referente 

Ante el anuncio de su fallecimiento, líderes políticos lamentaron la partida de Mujica, especialmente, de quienes compartían no solo sus ideas, sino también admiración y afecto. 

El primero en dar un mensaje fue el actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, a quien Mujica apoyó públicamente en las últimas elecciones del país en 2024. “Te vamos a extrañar mucho viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, indicó en su red social X. 

Desde Chile, se pronunció el presidente, Gabriel Boric, quien fue uno de los últimos mandatarios en visitarlo en su casa en Montevideo: “Te vas físicamente pero te quedas para siempre. Te prometo que el Olivo que plantamos en febrero en tu chacra florecerá”, recordó, citando una de las conversaciones íntimas que tuvieron. 

A ellos se sumó el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien había participado recientemente en un homenaje al exmandatario uruguayo y fue uno de los últimos en reunirse con él:  “Adiós, amigo. Ojalá América Latina algún día tenga himno, ojalá América del Sur se llame, algún día: Amazonía”, escribió, evocando una visión compartida de integración y justicia regional.

Por último, se pronunció el presidente de Brasil, Luiz Lula Da Silva, quien expresó su profunda tristeza por la muerte de quien consideraba su amigo. “Su vida fue un ejemplo de que la lucha política y la ternura pueden ir de la mano. Y de que el coraje y la fuerza pueden ir acompañados de humildad y desapego”, mencionó el presidente brasileño. 

Luiz Lula Da Silva y José Mujica, en la chacra del expresidente de Uruguay en Montevideo. // Fuente: Dante Fernandez
Luiz Lula Da Silva y José Mujica, en la chacra del expresidente de Uruguay en Montevideo. // Fuente: Dante Fernandez

José Mujica, o simplemente “Pepe”, deja una huella imborrable. Será recordado como uno de los pocos políticos que renunció a los privilegios y eligió vivir con sencillez, sin abandonar la lucha por un mundo más justo. Su legado es un llamado vivo a la coherencia entre palabra y acción, entre política y humanidad.

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